martes, 30 de diciembre de 2008

Entrevista en Expreso a Francisco Ángeles sobre LA LÍNEA EN MEDIO DEL CIELO

El joven escritor y periodista acaba de debutar literariamente con la novela corta “La línea en medio del cielo” (Revuelta Editores).
Tus amigos ya pensaban que esta novela era una fantasía tuya y que el libro no existía, ¿cuánto te ha tomado elaborarla?

He convivido con el libro unos ocho años, desde que tuve la idea inicial hasta que me senté a escribirla. En todo este tiempo estuve tomando notas, pensando en la estructura precisa y hasta haciendo dibujos que me ayudaran a tener claro el concepto de lo que quería plasmar. Luego, escribir la obra me tomó tres meses aproximadamente, debido a que ya tenía bien claras las cosas.

–“La línea en medio del cielo” está dividida en dos partes muy diferentes, ¿esto no provoca un desbalance en el lenguaje?
La primera parte está muy corregida porque quería que posea una estructura fragmentada, pero caóticamente legible. La segunda parte es más lineal y más sencilla de leer, y fue más fácil de escribir, ciertamente. Hay un desbalance en el lenguaje, claro, pero es intencional. Si me das a elegir, te diré que me gusta más la segunda parte, porque no quería hacer un libro lleno de un lenguaje rimbombante, lo cual normalmente oculta la falta de ideas o la carencia de una buena historia. En suma, el lenguaje debe estar al servicio del libro y no para que brille demasiado, pues estaría sobrando.

–Tu protagonista ignora lo que le va pasando a su alrededor, ¿por eso escogiste llamarlo Ignat?

Verdad, fíjate que no lo había pensado así, pero tienes razón. Ignat suena a ignorante y exactamente él es un personaje ido, que no sabe por dónde viene la mano o no la ve venir. Cree que está en control de las cosas, pero en realidad no es así. Ignat es Ignacio en ruso y lo escogí porque quería un protagonista con un nombre distinto, que no sea castellano. Ese nombre me gustó mucho e incluso un editor quiso cambiarlo a Ignacio y me negué, por lo que no publiqué con su editorial.

–¿Qué buscas con esta novela?

Me interesa mucho que el libro sea una propuesta literaria, es decir, quería representar la imposibilidad de poder comprender las cosas que van pasando en la realidad, dándole un poco la contra a una idea de Mario Vargas Llosa –salvando las distancias– quien dice que la realidad es ilegible y que literatura trata de volverla entendible o comprensible.

–¿De qué se nutre tu obra?

El personaje Ignat tiene algunas cosas mías, como la poca conciencia política frente a lo que sucede en el entorno, el cual no entendía muy bien que digamos, ni qué me interesaba conocer realmente en la época de la universidad. Si bien mi grupo de amistades estaba muy metido en lo político, contra Fujimori y todo eso, yo estaba al margen. En la novela busco plasmar esa apatía y distancia frente al entorno, sensación que tuve. Además, el libro toma forma cuando el tema político se mezcla con otro tema que me interesaba: el de la muerte, que me atraía mucho. A esto se sumó una paranoia asfixiante que percibí en un trabajo que tuve.

–¿Y piensas en un lector?

Me gustaría tener un lector que sepa valorar el libro como una propuesta distinta y como un riesgo. Un lector que busque leer al escritor más que al argumento en sí mismo.

–Finalmente, ¿cuál es tu próximo proyecto?

Estoy pensando en una nueva novela que me debe tomar un par de años. Quisiera que esta obra represente a la época de internet, sin dejar de lado la paranoia.

TOMACINI SINCHE LÓPEZ
El dato: Ángeles (Lima, 1977) estudió Literatura en la UNMSM. Actualmente es coeditor de la revista de literatura El Hablador (www.elhablador.com) y es director del portal literario Porta9 (www.porta9.com).
Publicado en Expreso

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